Hemos decidido comenzar este apasionante recorrido
por el arte aragonés con un extraordinario ejemplar de arte mozárabe del
Serrablo, la iglesia de Ordovés.
Esta iglesia consagrada a San Martín constituye el ejemplo más meridional de todo el conjunto serrablés, que estudiaremos en sucesivos episodios. Su construcción nos remonta al primer cuarto del siglo XI, momento en que la dominación cristiana todavía no ha llegado al valle, y bajo la tutela del walí de Huesca, se permite el culto de sus súbditos cristianos que poblaban las tierras que atravesaba el río Gállego.Situada a la entrada del valle de la Guarguera se encuentra presidiendo con solemnidad una leve colina.
Aunque de dimensiones reducidas su interés se
multiplica para el estudio de este arte tan típico de la comarca, se trata del
único ejemplar que aparece en la Guarguera, que según la tesis mozarabista de
Durán Gudiol, había de tratarse de un ejemplo retardatario, donde no aparecen
la mayoría de sus rasgos característicos, como por ejemplo, el arco de
herradura o las ventanas geminadas o triples.
Se encuentra canónicamente orientado hacia el
Este con un interesante ábside ultracircular, cubierto con bóveda de horno,
decorado por un hermoso friso de baquetones. Vemos que adolece de las características
arcuaciones ciegas que veremos en otros ejemplos serrableses, allí donde la
impronta carolingia ha hecho aparición.
La nave, de una extraordinaria sencillez y
sobriedad, recoge a la perfección la austeridad de esta tierra. El muro
orientado al Sur consta de tres aberturas -ventanillas aspilleradas-, mientras
que en el hastial Norte aparece la puerta de entrada, una anomalía en este
conjunto de iglesias, impuesto por una climatología extrema, que hacía
conveniente orientar la puerta de acceso hacia el Sur. De todas maneras, se
hace comprensible esta ubicación en Ordovés si atendemos a las imposiciones del
terreno donde se levanta.
Como elementos sustentantes, al tratarse de una
nave de reducidas dimensiones, se bastará de los muros como apoyo, sin necesidad
de recurrir a ninguna columnata, y como cubrición una sencilla techumbre de
madera a dos aguas, prescindiendo de la bóveda de cañón.
El campanario, es un añadido de época posterior,
probablemente del siglo XVI, que carece de la esbeltez que caracteriza los
campanarios de este grupo.
-Coqueto presbiterio, arco de medio punto y
bóveda de cascarón, donde en su momento existió pintura románica, hoy parcialmente
conservada en el Museo Diocesano de Jaca.
-El enclave posee indudablemente un manifiesto carácter
telúrico.
-Aspilleras y mechinales en la cara sur.
-Aspillera, ventana con la que se conseguía la escasa luz
para iluminar el edificio y evitar la entrada del crudo frío.
-Hermoso friso de baquetones
-El pueblo de Ordovés consta en lo fundamental de dos
viviendas que delimitarán una plaza, la primera de ellas, conocida como casa
del Señor, tiene su origen en una construcción del siglo XVI, remozada
posteriormente en 1887, en la actualidad se encuentra vacía.
Etimología: el
nombre correcto es Ordabés, Ordobés, y todavía más, Ordovés, son corrupciones, que debido a lo extendido hace
aconsejable su uso. El significado de Ordabés sería “el llano del ganado lanar”.
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