miércoles, 29 de julio de 2015

Luciérnagas



"El brillo pulsante de una luciérnaga es una maravilla nocturna, y es también un lenguaje único, y a veces mortífero, de amor."


Emily Howard


  Diversidad lingüística                          


Una prueba de nuestra estrecha relación con las luciérnagas es el gran número de designaciones populares con las que se conoce a este insecto.

De hecho, el concepto de luciérnaga ha sido puesto como ejemplo de la riqueza de la lengua española, existiendo un mosaico de nombres vernáculos de extensión geográfica a menudo reducida, pero de hondo arraigo local.

La mayor parte de las denominaciones de la luciérnaga hacen referencia a su calidad de insecto brillante, con vocablos que recogen metáforas como lucero, candelilla, lumbrera o la propia voz luciérnaga. A menudo se ha recurrido a un apelativo genérico de insecto u oruga al que se le ha unido el rasgo que lo identifica (“bicho de luz”, “gusano de luz”, “cuco de luz” o “gata”).

Este mismo contenido semántico está presente en otras lenguas como el inglés (glow-worm, firefly), francés (vert luisant, luciole), italiano (lucciola), alemán (Glühwürmchen, Leuchtkäfer), neerlandés (glimworm, vuurvliegje), latín (cincidela) o griego (lampyris).

También aparecen nombres basados en creencias populares como cuco de Dios o fuego fatuo (pequeñas llamas que desprenden los cuerpos en putrefacción).

Como en otros idiomas también se hace mención a la coincidencia de su aparición con una de las fiestas más señaladas del calendario tradicional, llamándose cuqueta de San Xoan en Huesca o cuca de Sant Joan en Cataluña.

Para el Diccionario de la Real Academia Española la voz luciérnaga procede del latín lucerna (candil) con el añadido del sufijo dialectal “aga”.

Este sufijo prerromano hace referencia al lugar: un ejemplo de ello es la palabra ciénaga (lugar con cieno); es frecuente, bajo este significado, en los topónimos euskaras (Zumarraga, o acereda; Ametzaga, o robledal, etc.).

Teniendo en cuenta ese significado de lugar del sufijo "aga", resulta extraña la voz "luciérnaga".

Proponemos otra alternativa: que la palabra luciérnaga derive directamente de la voz latina lucernula (disminutivo de lucerna – lamparilla -, que todavía se conserva en castellano), tras la alteración del sufijo, de modo semejante al origen de la palabra murciélago (inicialmente murciegalo, y éste de mus – ratón -, caeculus – disminutivo de caecus, ciego).

La voz luciérnaga debe ser muy antigua: se recoge, por ejemplo, en la recopilación de cuentos de finales del siglo XIII Calila y Dimna bajo la forma luciérnega.

Antiguamente, como recoge el Diccionario de Autoridades del siglo XVIII, se utilizó también la forma masculina luciérnag.







   Diversidad literaria                           


Cómo es lógico, detrás de todos estos nombres, y sobretodo unido a su peculiar característica lumínica, la literatura ha generado multitud de historias y leyendas con estos curiosos insectos como protagonistas.

Reproducimos una peculiar fábula que tiene como protagonista a una jóven coleóptero.


La serpiente y la luciérnaga 


Cuenta la Leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga; esta huía rápido con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.

Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada.....

En el tercer día, ya sin fuerzas la Luciérnaga paró y dijo a la serpiente:  

—¿Puedo hacerte tres preguntas?
—No acostumbro dar ese privilegio a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar... 
—¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
Nocontestó la serpiente.... 
—¿Yo te hice algún mal? 
—Novolvió a responder  
Entonces ¿Por qué quieres acabar conmigo? 
—¡Porque no soporto verte brillar!

 



 

    Biodiversidad cultural                           


"Las luciérnagas son un buen paradigma de las encrucijadas de nuestra biodiversidad, de lo poco que sabemos de la mayor parte de nuestra fauna y flora"
José Ramón Guzmán Álvarez


Nos encontramos ante un curioso insecto perteneciente al grupo de los coleópteros, es decir, estamos ante un escarabajo noctámbulo incluido dentro de la familia de los Lampyridae, Lamp significa antorcha, asi pues podemos traducirlo como "bichos que producen luz", esta capacidad asociada a estas criaturas se define como bioluminiscencia y el órgano que les permite alumbrar se localiza físicamente en el abdómen o parte posterior de las criaturas.

Se diferencian de los conocidos gusanos de luz en que los machos poseen alas, no así las hembras.

Tanto el macho como la hembra son bastante diferentes, mientras el macho está completamente desarrollado dando la sensación de que es un escarabajo, la hembra presenta un aspecto casi larvario, aun contando con sus seis patas y sus antenas. Ésta característica se conoce como dimorfismo sexual.

Durante el día no realizan mucha actividad debido a la insolación, prefieren esperar a la noche.



 

     Lucerna o Lucierna                        


Más o menos en todo el mundo podemos encontrar unas 2.000 especies diferentes cuya vida transcurre en entornos cálidos de regiones templadas convirtiéndose en una presencia familiar en las noches de verano.

Prefieren la humedad, por ello encontraremos localizadas muchas especies en regiones húmedas de Asia o el Continente Americano, también en zonas secas situadas cerca de pantanos o que retengan la humedad.

En Aragón podemos encontrar luciérnagas en la Sierra de Guara, muy cerca de la capital, en la noche, podemos buscar como chiquillos luces verdosas tirando a amarillentas pegadas a muros más que sobre la propia hierba.

Las fotos de Lucernas o Luciernas, tal como se las conoce en Uesca y que adornan este artículo han sido tomadas de especímenes localizados en verano con luna decreciente en la localidad de Santa Eulalia la Mayor.


 

      Por qué ?                             


Las razones por las que los insectos curvan su abdómen y emiten luz son diversas, como elemento disuasorio o que genere desconcierto, sin embargo también puede intentar atraer a otros insectos, bien para comérselos o, y ésta suele ser la razón principal, para reproducirse, es decir que emite una especie de lenguaje lumínico que les permite buscar pareja y copular en una fase conocida como de cortejo luminoso.

Recordemos que las hembras no tienen alas y tampoco les es posible realizar cortos vuelos lumínicos dejándose ver por la naturaleza.

Como curiosidad, tanto las larvas masculinas como las femeninas emiten luz, en este caso la razón sería de advertencia, no me comáis que soy bastante indigesta, y así parece ser pues no es alimento preferido por aves insectívoras o depredadores.

Las luciernagas hembra que más brillen serán aquellas que lleven varios días sin encontrar macho, pues una vez lo consigan irán apagando progresivamente su farolillo para comenzar la puesta de entre 50 y 150 huevos luminosos que eclosionarán a los 30 días.

 



      Cómo ?                          


Estos insectos incluyen un compuesto orgánico llamado luciferina, en latín traducido como "portavoz de luz". En el momento que el aire entra por el abdómen de estas criaturas produce la oxidación de la luciferina haciendo que el oxígeno libere dióxido de carbono y energía en forma de la familiar luz verde amarillenta.

En todo momento pueden activar o desactivar el proceso gracias a su propio interruptor, la tráquea abdominal permitiendo además mantener su própio código de comunicación con las intermitencias de luz y no luz. 

Lo que agiliza este proceso es la encima o proteína Luciferasa, permitiéndoles sobrevivir en caso de que se vean atacadas y dándoles mayor control de la emisión de luz. 






   

        Un nuevo lenguaje de comunicación                           


El centelleo puede tener distinta intensidad, según el aire que entre por la tráquea del insecto además de producirse o no dependiendo de la luciferasa, lo que les permite la intermitencia.

Cada especie podrá generar un patrón de centelleo distinto y particular, un lenguaje único y, en definitiva, una maravilla nocturna.

Si un macho quiere atraer a una hembra, producirá cierto patrón de frecuencia e intensidad de luz que señalará a la dama que es de la misma especie. La mujer conocerá que es un macho de la misma especie y la atraerá, respondiéndole al macho con su patrón que está receptiva.

Claro que no todos los centelleos son maravillas románticas, algunas hembras imitan los patrones del cortejo para atraer a machos que confundidos por el patrón serán devorados por la mantis convirtiéndose la comunicación en un lenguaje a veces mortífero de amor.




       Cuánto viven                         


Más o menos un ejemplar europeo suele vivir unos dos años aunque su brillo sólo se verá en Junio, Julio y las primeras semanas de Agosto a menos que las noches tengan temperaturas de al menos 4º centígrados.

Pasado este tiempo entrarán en estado de hibernación al notar los primeros fríos.

Las larvas pasarán al estado de pupa mudando a partir de Septiembre por segunda vez.

Del ciclo bianual del gusano de luz se deriva un aspecto intrigante: dado que los insectos adultos emergen cada dos años, en un mismo lugar existirán dos poblaciones distintas destinadas a no encontrarse: la de los años pares y la de los años impares. 

Es como si vivieran en dos islas separadas por una barrera de tiempo. Aunque no se ha probado, no se descarta que ocasionalmente se rompa este aislamiento a través de puentes temporales: adultos que, por ejemplo, tarden una o tres temporadas en lugar de dos en desarrollarse completamente. 

 


        Qué comen                         


El menú diario de éstos insectos consiste en babosas o caracoles a los que se dedican a seguir el rastro de plata durante las noche, así que, a pesar de su bello aspecto estamos ante depredadores gourmet o especializados.

Cuando encuentra una presa la monta asestandole un tremendo mordisco con sus mandíbulas e inyectándole un jugo que además de paralizar a la víctima disuelve sus intestinos transformándolos en una papilla fácilmente absorbida.

Durante su desarrollo una larva de luciérnaga puede comer más de 70 caracoles. 





         Dónde viven?                          


Si deseamos ver luciérnagas en la noche, debemos buscar lugares frescos y húmedos cerca de jardines, céspedes, campos, acequias o ríos, en huertas, pozos u otros lugares donde sepamos que hay buena temperatura y empezar a buscar a partir de las 10 de la noche hasta pasada la medianoche. 

Es especialmente acertado buscarlas en senderos o prados llenos de vegetación tras un día en el que ha habido precipitaciones en forma de lluvia.

Las hembras suelen permanecer sedentarias sin apenas moverse día tras día hasta que han conseguido un macho, dependiendo de cuando aparezcan estos o de la suerte que tengan las hembras, tendremos nosotros éxito al encontrarlas.

De todas formas, si queremos ir a lo seguro, deberíamos buscar lugares donde abunden los caracoles y las babosas, pues son su alimento.  






          Ha decrecido su número?                          


Es posible que haya descendido el número real de luciérnagas, a pesar que en numerosas ocasiones lo que ha cambiado es la vida del observador que dice que ahora hay menos.

Sin embargo la continua y creciente urbanización que destruye ambientes favorables para esta especie, el abandono de huertas y el aumento en la iluminación nocturna, aspecto que hace que los machos se desconcierten, condiciona la existencia de esta peculiar especie.

En cualquier caso, la presencia de gusanos de luz en una huerta o campo debe ser una fuente de satisfacción: significa que hay buenas condiciones para la vida, incluso para los pequeños gusanos de luz.

Lo que no es incompatible con la producción de cultivos: recordemos que las luciérnagas nos han acompañado desde siempre, y seguir gozando de su presencia es una buen indicador de que, aunque hayamos mejorado nuestros métodos de producción agrícola, seguimos respetando a la naturaleza. 






            Sabías qué?                       


Un foco de luz tradicional genera un 10% de luz y pierde un 90% de calor. La tecnología más eficaz desarrollada por el hombre es la del LED, con una eficacia del 50%, mientras que el proceso luminiscente de las luciérnagas incluye una eficacia del 98%, con una pérdida de calor del 2%.

La energía liberada en forma de luz, por esta última razón, es conocida como luz fría, porque pierde muy poquita temperatura comparado con cualquier bombilla o led y porque es la única manera viable que tiene un organismo vivo de iluminar sin peligro de morir de altas fiebres.




             Bibliografía