domingo, 7 de abril de 2013

MOLINO DE VILLOBAS

El Molino
"Un ruido largo que sale por el tejado;
Golondrinas siempre blancas;
El grano que salta, el agua que muele,
Y el recinto donde el amor se arriesga,
Centellea y marca el paso."
René Char

 Junto a la carretera que remonta el río Guarga, llegando desde Sabiñánigo, y continuando hacia Boltaña, aparece a mano izquierda el Molino de Villobas.






El molino inaugura su actividad a comienzos del  S.XIX, aunque muy probablemente ésta se remonta atrás; durante esta centuria concentra la actividad harinera del valle del Guarga, trigo y ordio, que los vecinos de las diferentes poblaciones llevaban hacia este molino de tipo hidraúlico.

Cuando el 8 de febrero de 1893 llegó la primera locomotora a la estación de Sabiñánigo, todo el mundo intuyó que la vida, no sólo de ese núcleo, sino de toda la comarca iba a sufrir una transformación incierta pero radical, sin duda.




A partir de ese momento una lenta decadencia, el molino dejó  de tener sentido al entrar en uso molinos industriales y más competitivos, las vías férreas alejan la actividad económica que se va concentrando a lo largo de los raíles, atrayendo población y aprovechando la abundancia de mano de obra barata, de agua y de desniveles para la producción energética. Todo ello confluye en la instalación de empresas en los primeros años veinte del S.XX, propiciado por la dictadura de Primo de Rivera, empeñada en modernizar el país.




Respecto al molino, como síntoma de este largo languidecer, los antiguos propietarios abandonan su actividad alrededor de 1948, viniéndoles a sustituir la familia Santolaria, que permanece hasta nuestros días.



Hélices del molino que transformaban la fuerza del agua. 

Una segunda oportunidad para el valle vendrá de la mano de la actividad maderera. Los años 50 y 60 son prolijos en este tipo de explotación; la enorme masa forestal que se concentra en el valle no pasó desapercibida para un país que comenzaba su lenta modernización (los años del desarrollismo).

El molino de Villobas no pasa ajeno a este nuevo discurrir de los tiempos y crea unas dependencias destinadas a proveer de alimentos y diferente utillaje a los trabajadores de este sector.  

Pero de nuevo el destino se torna irreductible, y una vez desaparecida la explotación maderera la tienda va cesando poco a poco su actividad hasta su cierre definitivo en 1975.




Dependencias que conformaron la antigua tienda.



A partir de este momento la despoblación se había enseñoreado de todo el valle, Villobas, Secorún, Arruaba,… serán numerosos los núcleos que han quedado desprovistos de sus gentes o que reducen su población de manera drástica.  Las oportunidades se presentan alejadas del valle, hay que emigrar a Sabiñánigo, Zaragoza o Barcelona. El desarrollismo presenta notables desequilibrios, y  la mano de obra barata de zonas periféricas va a pasar a ser aprovechada por los grandes núcleos del país.

La ganadería y la agricultura, como lo habían venido siendo tradicionalmente, quedaron como única actividad viable, a la que se suma, especialmente durante los meses de estiaje, la presencia del turismo.




Precioso ejemplar de raza autóctona, gallina del Sobrarbe.



No me resisto a subrayar el optimismo y la afabilidad con que nos recibió Alberto Santolaria, uno de los actuales propietarios del molino, quien nos explicó que el futuro de la Guargera sólo puede estar atado a su mantenimiento natural, respeto a sus tradiciones y a lo que es, en definitiva, quedando fuera toda aventura especulativa. Le deseamos desde aquí todo lo mejor para este valle.



Embalse y acequia (al fondo) por donde eran conducidas las aguas desde una toma un kilómetro río arriba.


Bajada de las aguas hacia el molino

OBRA HIDRAÚLICA

El molino a escasos metros del río aprovecha una acequia que se remonta un kilómetro río arriba, como toma de agua; de esta manera tan ingeniosa son elevadas las aguas hasta quedar embalsadas en un pequeño estanque que se sitúa justo encima del molino. A partir de entonces, basta con dejarlas caer por una pronunciada pendiente, impulsando las aspas del molino dando a la molienda.

Por supuesto, nada se desaprovecha, una vez que cumple el preciado líquido su uso motriz, el agua se canaliza hacia los huertos cercanos complementando un ciclo completo, redondo y respetuoso.



Año 1818.


Masa forestal encomiable.



FOTOS: J. Gabi, J.Ra.




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