La leyenda de la campana de Uesca
El piano reproducía ordenadamente aquel conjunto de notas en la pequeña Iglesia de Tierrantona cuando el mensajero alborotó a los sobrarbenses de aquellos años.
–¡¡El Rey ha muerto!! ¡¡El Batallador ha caído!!
Ramiro, hermano de Alfonso y monje de paz durante toda su vida no daba crédito a las habladurías de aquella gente a la que trataba muy de cerca desde que accedió al cargo de obispo de Roda y Barbastro.