domingo, 23 de febrero de 2014

SAN JUAN DE BUSA ( iglesias mozárabes V)

                                                                                    " con la quilla en lo alto 
                                                                                                                 un galeón
                                                                                                              varado en el herbazal"
                                                                                                                            Fernando Andú

 La iglesia de San Juan Bautista de Busa hay que ubicarla cronológicamente durante la etapa del “segundo mozárabe”, allá por los años 960 y 1000, momento en que una cuadrilla de artesanos del país que conocían el arte musulmán oscense y el de los carolingios, recorría estos parajes en busca de un patrocinio par su oficio, muy en la  línea de lo dicho en 1935 por Rafael Sánchez Ventura refiriéndose a este grupo de iglesias de la margen izquierda del Gállego: “parecen traducir estas iglesias un mozárabe mal interpretado y peor conocido, de principios perdidos y lejanos, algo así como un sentido tradicional sin modelos directos”; no obstante, otras fuentes arrastran su fecha de construcción un siglo más allá, citando que fue mandada levantar por Ramón Guillén entre 1060 y 1070.




Se da como prácticamente seguro que debió tratarse de la parroquial de un pueblo desaparecido. Parece lógico pensar, que el trabajo de la piedra (flysch eocénico, muy abundante en la región y fácil de trabajar) estaba reservado al edificio mayor –la iglesia- cuando el resto de edificaciones estarían levantadas en tapial y pobre sillarejo, en el mejor de los casos. Siendo esta la razón por la que no encontramos restos de ningún poblamiento, tesis que puede verse apoyada por el paso de un pequeño curso fluvial que abastecería al mismo.

Trífora, emblema de Amigos de Serrablo



 Con todo, su estilo constructivo se corresponde al típico de las iglesias mozárabes que hallamos en el Gállego, una pequeña nave rectangular rematada en un ábside semicircular, ventanas semicirculares y de herradura, puerta o portada de arco de herradura (situada en el hastial meridional), tejado de madera a dos aguas y ábside decorado con friso de baquetones y arcadas murales ciegas, con un presbiterio atrofiado muy marcado al exterior.




 Es sin duda una de las más emblemáticas del círculo larredense, entre otras cosas por sus deficiencias constructivas, que le dan una cierta idiosincrasia en su volumen solitario. Fue construida seguramente por algún discípulo del maestro de Lárrede, pero sin la misma formación técnica, pues no se atrevió a cerrar la nave con bóveda de cañón ni el ábside con un cuarto de esfera o bóveda de horno.

                                                               Proa de barco

Tales indecisiones constructivas llevó a un tardío y grosero recrecimiento del ábside para adaptarse a la cubierta más ligera a doble vertiente, lo que le imprime una característica figura de buque varado o de una enorme proa amenazante en el prado alpino.



                         
       moldura tórica

 Otra carencia de forma que le aleja del modelo más “puro” serrablés es la falta de una esbelta torre-campanario; algo que probablemente tampoco intento realizar en vistas de los problemas constructivos que se iban acumulando.





 No se puede pasar por alto, en el muro occidental, una preciosa ventana ajimezada con tres arquillos de herradura, que constituye el emblema de Amigos de Serrablo. Preciosa ventana rehundida de tres vanos (trifora) formada a base de dos columnillas cilíndricas, del tipo que aparece en otros templos del Gállego.  También en este hastial oeste hubo una portada, algo descentrada al norte, pero que fue cegada con ocasión de la restauración de la iglesia.
friso de baquetones y arcuaciones ciegas


   Portada ajimezada con decoración vegetal

La puerta principal de ingreso a la nave, en el muro meridional, presenta un alfiz que enmarca un arco de medio punto que a su vez lo hace con otro de herradura (falsa herradura). Dos arquivoltas a base de dovelas, siendo la superior la más interesante y la que más literatura ha hecho correr, por su decoración con palmetas vegetales.



 Según Enriquez de Salamanca, es una inscripción en caracteres cúficos que reza: “No hay (otro) dios que Dios”. A nuestro entender esta interpretación no parece muy verosímil, y más parece un intento banal por subrayar el mozarabismo de estas iglesias. Otros han querido ver un mensaje de tipo astronómico, según el cual se estaría indicando la conjunción de los planetas que se produjo el día del nacimiento de Cristo.

 Lo más verosímil sería emparentar estas sumarias formas vegetales a las palmetas jaquesas, tanto más curiosas cuanto que son el único ejemplo conocido de intención escultórica en este grupo de iglesias de la margen izquierda del río Gallego.

dobles columnas, con el arrranque de los arcos fajones

               libro de visitas


 Al interior destacar las dobles columnas, que en la parte inferior de su recorrido acaban como una sola apoyándose en una losa que ejerce como basa. Se apunta, también, el inicio de los arcos fajones que debían conformar una bóveda de cañón, pero que finalmente quedó en una techumbre de madera.






 Iglesia de San Juan Bautista de Busa que corría el riesgo de ruina total desde la Guerra Civil, fue reconstruida meritoriamente por la Asociación de Amigos de Serrablo en 1977; resaltar que podemos encontrar otros ejemplos de arte serrablés muy cercanos, como es el caso de las iglesias de Oliván, Lárrede, Satué  u Oros Bajo. Todas ellas monumentos excepcionales, pudiéndose disfrutar  de su visita en muy escasas horas.

su aspecto de dinosaurio








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